Polvos bronceadores ¿sabes usarlos?

Uno de los básicos imprescindibles cuando llega el verano son los polvos bronceadores o polvos de sol. Tal y como su nombre indica, contribuyen a darle un tono “soleado” a tu piel, es decir, que puedes presumir de bronceado sin haber estado tres días seguidos en la playa. Y si has pasado unos días expuesta al sol, este tono dorado te favorecerá igualmente. El problema es que muchas veces no sabemos cómo aplicarlos para que queden naturales.

Aquí te dejamos unos pequeños tips para que mejores tu fórmula:

-Es fundamental tener una brocha grande para aplicar estos polvos, a diferencia del colorete que necesita una brocha redondita para perfilar algunas zonas.

-No debes llenar la brocha de polvos, simplemente dale un par de toquecitos y sopla antes de aplicarlo sobre tus mejillas y la parte más cercana a las patillas. Así conseguirás un efecto mucho más transparente. Piensa que siempre puedes repetir el proceso si con la primera aplicación no consigues el resultado que querías.

-Combínalos con bases fluidas y del tono de tu tez. Si combinas un maquillaje muy oscuro con polvos de sol más, el resto de productos que solemos añadir, puedes crear el efecto “escopeta de Homer Simpson”.

-Ojo con los polvos de sol demasiado anaranjados o demasiado nacarados. Es mejor encontrar unos matificantes con color y que el tono siempre sea más arenoso.

Difumina bien los contornos y acuérdate de no crear una careta de color. ¿Cómo? Colorea la zona de debajo de la barbilla, el cuello y el escote con pequeñas dosis de maquillaje para evitar la diferencia de tono.

-Si lo que buscas es un bronceado intenso, marca primero con los polvos la zona de los pómulos, la punta de la nariz, la barbilla y la frente. Después utiliza un colorete rosado para dar esa sensación de brillo veraniego sobre las mismas zonas.