Las mascarillas son un chute extra a nuestros cuidados habituales, fórmulas con un efecto muy potente debido a la alta concentración de principios activos que contienen. Por esto, deberíamos utilizarlas 1 o 2 veces por semana, y usar aquellas específicas para nuestro tipo de piel.
Las mascarillas hechas en casa no tienen tanta investigación detrás como la cosmética que se comercializa, pero gracias a sus ingredientes naturales también nos pueden aportar muchos beneficios.
Es el caso de las pieles sensibles y/o reactivas a las que favorecen especialmente al no contener conservantes y por su necesidad de fórmulas que las calmen.
La mascarilla que os traemos hoy en el Centro Comercial Ruta de la Plata está indicada especialmente para este tipo de pieles, pero variando la cantidad de sus ingredientes es perfecta para limpiar y purificar las pieles grasas o hidratar y nutrir las pieles más secas.
Para su elaboración solo necesitamos 10 ml de infusión de lavanda, 10/15 gr. de arcilla blanca y 6 gotas de aceite de almendras.
¿Por qué estos ingredientes? Pues porque la arcilla blanca tiene propiedades antiinflamatoiras, depurativas y regeneradoras de la piel. Mientras que la lavanda es hidratante, calmante y reparadora, al igual que el aceite de almendras que es, además, reconstituyente.
Lo primero que haremos es infusionar la lavanda. Para ello, colocamos unos 5 gr. de flores de lavanda en 50 ml. de agua que hemos llevado a ebullición previamente. La cantidad necesaria para la mascarilla es menor, pero usaremos lo que nos sobre como ambientador para la casa o incluso como tónico.
Dejamos reposar y colamos con una tela, muselina o colador fino. Después añadimos la arcilla. Es muy importante NO utilizar utensilios metálicos para mezclar y añadir la arcilla poco a poco.
Cuando la mezcla deje de estar terrosa y hayamos conseguido una textura suave, añadimos el aceite. Para la aplicación de la mascarilla, utilizamos un pincel, evitando la zona del contorno de ojos y retiramos tras 15-20 minutos.
Si tu piel es grasa, sustituye la arcilla blanca por verde o amarilla y el aceite de almendras por aceite de jojoba.
Si por el contrario tu piel es mixta, reduce la cantidad de infusión de lavanda y aumenta la de aceite de almendras. Y después, nos cuentas que tal tu piel 😉