¿Quién no tiene una camisa en su armario? La prenda que nunca pasa de moda y la más socorrida de todas se reinventa año tras año, y este no iba a ser menos. Si ya habías probado con camisas de mangas acampanadas, cortes oversize, cortas a la altura del ombligo y con todo tipo de cuellos, ahora te toca la de siempre. La Oxford de toda la vida pero deconstruida, sí como los platos que presentan en los restaurantes más cool. Porque se ve que este término es sinónimo de elegancia, sea cual sea el ámbito en que lo utilicemos.
Ahora puedes ponerte tu camisa blanca abrochando únicamente los botones que cubren el escote; atada sobre el pecho haciendo un nudo con las mangas; desencajada a la altura de los hombros al más puro estilo Balenciaga o con lazadas y volantes imposibles. ¡Todo está permitido!
Una tendencia que parece haberse apoderado de las pasarelas y que es muy fácil probar en casa. Porque ahora salir a la calle con la camisa puesta de la forma más loca, es apostar sobre seguro. Da igual si quieres llevarla con un top vaquero encima, si tiene aberturas en la espalda o has comprado la talla más grande y la utilizas como vestido. La prenda unisex por excelencia, perfecta tanto para él como para ella, deja de ser un clásico para convertirse en el equivalente a los pantalones de cuero de los 80.