Como lo lees, esta temporada, en labios, ojos e incluso mejillas, lo que viene son los colores tierra.
Tuvieron su gran momento hace ya varias décadas, allá por los 90, pero, ¡ay, amigas! Todo vuelve, y este año será el de su revival según los dictados de las pasarelas y photocalls.
Paleta de sombras de L’Oréal. En Eroski.
Las tonalidades tierra –en todas sus variantes- han llegado al maquillaje para quedarse y la única premisa para usarlos es perderles el miedo.
Empecemos por los ojos, donde la intensidad deseada va a marcar su aplicación y la elección del color. Si lo que queremos es un maquillaje básico, para el día a día, podemos utilizar un tono neutro y difuminar bien para darle un poco de profundidad a nuestra mirada.
Pero si por el contrario buscamos es un efecto mucho más intenso, lo suyo es jugar con dos tonos diferentes: un tono oscuro (que aplicaremos en el párpado móvil) y un nude o dorado (que utilizaremos en el arco superior, justo debajo de nuestras cejas). También podemos elegir un ojo ahumado, siempre tan favorecedor, siempre y cuando sea en tonos marrones.
En cuanto al acabado, lo que se lleva es el efecto difuso, huyendo del acabado preciso y perfecto. Sí al ahumado en estos tonos que se pueden combinar también con eyeliner para potenciar el rasgado del ojo.
Gama de labiales “Les Chocolats” de L’Oreal. En Eroski.
En los labios es importante tener en cuenta los subtonos de nuestra piel, y jugar con la intensidad del maquillaje de nuestros ojos. En caso de que este sea intenso, lo recomendable es que utilicemos un marrón aterciopelado y suave, y viceversa, si el maquillaje de los ojos elegido es suave, podemos subir el tono de nuestra boca. El perfilador será nuestro aliado.
Un truco que podemos utilizar es perfilar el contorno de los labios con un iluminador y aplicar, en el centro de la boca, unos toquecitos de un labial en un tono más claro, con esto conseguiremos un efecto volumen impresionante.
Para evitar el vernos más pálidas al utilizar el labial marrón, está bien combinarlo con un ligero toque de rubor rosado o naranja. Y este año no hay opción, apostamos todo al mate.