Una de las formas más habitual y eficiente para beneficiarse de las propiedades de tomar jengibre es hacerlo en infusión. Esta planta con un olor particular y cierto sabor picante, tiene múltiples beneficios como el de ser un estupendo digestivo, que ayuda a estimular el páncreas y aumentar la producción de enzimas, favoreciendo la digestión.
Por otra parte este brebaje es un remedio para gripes, resfriados y catarros, siendo útil para reducir la congestión nasal, la irritación de garganta y disminuyendo los problemas respiratorios. Además este brebaje es antiinflamatorio, alivia el dolor de muelas, reduce las nauseas y vómitos y es un potente depurativo y desintoxicante que ayuda a limpiar el hígado. Te enseñamos cómo hacer esta sencilla infusión.
Necesitarás:
- 1 trozo de raíz de jengibre fresco
- 3 cucharadas de zumo de limón
- 5 tazas de agua
Lo primero que debes hacer es pelar y cortar el jengibre en rodajas. Mientras, pon un cazo al fuego con agua –mucho mejor hacerlo de esta manera que calentando el agua en el microondas- y antes de que el agua comience a hervir echa las rodajas de jengibre. Espera a que esta entre en ebullición y después apaga el fuego.
Deja reposar la infusión durante 10 o 15 minutos para que el jengibre libere todos sus beneficios, parte el limón y exprime sobre la infusión. Es recomendable colar antes de tomar. Si se desea se puede añadir un poquito de miel.
Puedes elegir entre tomarlo caliente o bien embotellarla y dejarla enfriar para beberla a baja temperatura, perfecto para el verano. Lo ideal es irlo tomando repartido a lo largo del día hasta un máximo de 3 vasos.